Julen Lopetegui y las segundas oportunidades

El hoy míster blanco, Julen Lopetegui, se encuentra en una segunda etapa como madridista. Esta vez de traje y corbata. Un equipo al que llegó de jugador en un momento complicado para demostrar su nivel. En la actualidad la oportunidad como míster le ha llegado en un momento en el que la calidad como entrenador estaba fuera de toda duda.

Su llegada al Castilla causó la unión a una lista incansable de jugadores vascos que han jugado en el el Real Madrid. Fue en la campaña 1985-86. Atrás dejaba su San Sebastián oriunda. El cual era el mismo nombre que el ‘B’ de la Real Sociedad. La temporada anterior a su salida había sido entrenado por Mendiluce, un histórico del equipo ‘Txuri-Urdín‘. En ese segundo equipo se encontraba González como portero. Posteriormente jugaría en el ‘A’ y el Valencia entre otros.

En ese equipo tendría de compañero a Jose Luis Ribera con el que compartiría vestuario en Vallecas en su primera campaña. Su primera campaña como portero del Castilla fue portero titular casi indiscutible. A los mandos de ese equipo estaba Juan Santisteban. Para el campeón de cuatro de las cinco Copas de Europa seguidas pocas dudas había. Su compañero de posición, Serna, saldría la campaña posterior a Valencia sin mucha suerte.

El equipo madridista acabaría en la mitad de la tabla. Entre sus compañeros, cabría resaltar a Pepe Mel, Losada (futuro jugador del Oviedo), un futuro míster del ‘B’ blanco como Jose Aurelio Gay, Adolfo Aldana (gran parte de su carrera en el Deportivo), Martín Gonzalez (histórico del Osasuna) y Julio Llorente, tío de su hoy pupilo Marcos Llorente.

La temporada siguiente Solana formaría parte de forma oficial del primer equipo, y llegarían otros como Santi Aragón, Mandiá, Caminero (hoy director deportivo del Málaga) o Maqueda. Sería una campaña compleja siendo Santisteban sustituido por otro histórico como Ramón Grosso. Alguien que tendría un capitulo aparte como es el hecho de suceder a un histórico como Di Stefano en el dorsal, el ‘9‘; y en tantos.

En 1987-88 su míster sería Vicente del Bosque. Esta vez, Canales le comería la tostada jugando más veces. 13 encuentros por parte de Lopetegui por las 25 del futuro portero deportivista. Esto haría ver en el guardameta vasco la necesidad de salir para seguir creciendo. Y lo hace en dirección a Las Palmas que también jugaba por aquel entonces, en Segunda.

La temporada tampoco es fácil. Dos entrenadores. Pero llega a superar la línea de los 30 partidos como titular. El equipo que se encuentra es una plantilla compuesta por varios jugadores ya contrastados, como el caso de Gerardo, 32 años, que había jugado varias campañas como futbolista del Barcelona. Volvería al Real Madrid, esta vez como parte del primer equipo. Permanecería dos campañas donde tan solo en la primera jugaría un encuentro. Un debut ante el Atlético de Madrid donde el partido acabaría en empate a tres.

No hay que olvidar que en la primera de esas dos campañas llegaría la última de las cinco Ligas.  se encontraba bajo palos uno de los mejores porteros que ha vestido la camiseta blanca. Paco Buyo. Otros compañeros de ese histórico Real Madrid sería  Chendo, Sanchís, Hierro (su sucesor en el banquillo de la selección durante el Mundial), Míchel, Martín Vázquez, Goridllo, Schuster, Hugo Sánchez, Butragueño… además de ex compañeros como Solana, Losada, Aldana, Llorente…

Salida del equipo blanco

No sería el primero ni el último en salir de la familia madridista. En dirección al Logroñés de David Vidal. Pero era la necesidad de minutos, jugar y sentirse importante lo que le llevó a tomar esa decisión. Un trienio en el que el club riojano coqueteó con el descenso. Sus entrenadores fueron el mencionado Vidal, Lotina y Aimar.

Compartiría vestuario con Quique Setién o García Pitarch, entre otros. Tras esa etapa en Logroño, salió hacia el máximo rival madridista. El Barcelona.  Cruyff lo consideró interesante para el marco blaugrana. Llegaría al club junto a otros como Abelardo, Jordi Cruyff, Hagi, Luis Cembranos o Roger García Junyent.

El míster holandés deseaba hacer una limpia en el vestuario. Para ello consideró desprenderse de Laudrup, Julio SalinasZubizarreta como grandes nombres. Su primera campaña no fue sencilla, tres partidos. Tercer portero. Pero, paradojas del destino, el campeón de Liga era el Real Madrid, nueve puntos por encima del Barcelona que había quedado cuarto y jugaría UEFA. No aguantaría mucho siendo el tercer guardameta. En la 97-98, volvería a Madrid para vestirse la franja roja del Rayo y volver a sentirse importante. Pieza fundamental de su ascenso en 1999. Los tres últimos años de los cinco que estuvo, fue de nuevo guardameta suplente. El estadounidense Keller en dos cursos y el experimentado Imanol Etxeberría serían los guardametas titulares que mas minutos tendrían.

Sin embargo, se sentiría en deuda con el Rayo. Dos años después de su salida y retiro volvería al club como entrenador de un equipo que se encontraba en Segunda B. Y ahí fue su comienzo en el mundo de los banquillos.

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