20 años de la llegada de Drazen Petrovic al Real Madrid

Drazen Petrovic. Fuente: realmadrid.com

Hablar de Drazen Petrovic es hacerlo de uno de los jugadores con mayor talento de la historia del baloncesto. Además tenía una ética de trabajo similar a la que tiene Cristiano Ronaldo. Se quedaba a entrenar, entrenaba tiro hasta la saciedad fuera del horario del entrenamiento. Un baloncestista que como buen balcánico, además, sabía desquiciar al rival. Y lo hizo además a alguno de los que serían posteriormente sus compañeros.

Tuvo desde siempre a su hermano como mentor, que le inculcó un espíritu competitivo, además de un carácter metódico y disciplinado. Sin cumplir 16 años ya había sido bronce en el Campeonato juvenil de Yugoslavia (él tenía 14 años) y aún sin cumplir los 16 se incorporaba al primer equipo de Sibenka, conjunto de su ciudad natal. Y buscando la perfección elegiría el número: el ’10’. Dorsal que llevaría en el Cibona, donde tendría los mayores éxitos en competiciones europeas.

Acorde iba creciendo y haciendo más grande su reputación, mayor era el ‘odio’ deportivo que iba creando. Y uno de sus rivales favoritos fue el Real Madrid. Y su culmen fue el año 1985. Año especial para Drazen porque fue donde aumentaría su reputación tanto positiva por la puntuación y protagonismo, como por ciertas artes un tanto «poco deportivas». La final ante el Real Madrid en Atenas le aupó entre los grandes del baloncesto europeo que por aquel entonces estaba en activo.

Y ese 1985, además conseguiría un récord de anotación de la Primera División de Yugoslavia con 112 puntos. Puntuación que un año más tarde, en la Copa Korac, sería superada con 144 por Babic. Casualmente con el Zadar, equipo rival del Cibona.

Ese 1986 además tuvo lugar una anécdota. Petrovic iba a fichar por el Barcelona…y Audie Norris por el Real Madrid. Sin embargo, alguien importante para el americano como Aíto García Reneses desechó cualquier opción de ficharle, y Mendoza, Presidente blanco desechó el fichaje del norteamericano. Y cambiaron sus destinos finales. Eso sí, Audie llegaría antes a vestirse como azulgrana. Algo que nos hizo vivir duelos vibrantes tanto fuera como dentro de la pintura.  Y que también sería la temporada en la que el «Genio de Sibenik» sería drafteado, por los Portland Trail Blazers. Y a su vez esa temporada jugaría Fernando Martín en ese equipo, sin mucha importancia para el entrenador rookie, Mike Schuler.

Pero en 1988, el croata llegaba al Real Madrid. Y el equipo blanco sufría una desbandada. Iturriaga era vendido, muy posiblemente, por sus problemas en la cancha con el balcánico. Llegaría también Johnny Roggers que posteriormente jugaría con la Selección Española. Pero había en el equipo un choque de trenes. Un jugador anárquico y con mucho futuro, y otro que entendía que aún existían las jerarquías, el juego colectivo y la unión. Petrovic- Martín. Mucho se ha hablado y comentado de los posibles problemas entre ambos jugadores.

Pero todo cambió cuando Drazen Petrovic hizo un partido muy importante, de su capa un sayo. Final de la Recopa. Ante el Snaidero de Caserta con un gran Oscar Schmidt como referente. Campeonato para el Real Madrid. Pero no todos contentos. Y especialmente hubo una ruptura, sino total, si prácticamente en el avión.

Mendoza, desconociendo que el equipo no había aceptado el individualismo del, entonces, yugoslavo a pesar de ser algo decidido por Lolo Sainz. Decidió salir fotografiado con la copa y con el nuevo ídolo europeo. Eso ya fue la gota que colmó el vaso. A pesar de llegar a la fina de Play Off, el equipo no conseguiría vencer al Barcelona.

En la 1989-90, Petrovic a pesar de inicialmente ser de la partida, o eso se pensaba, del club blanco finalmente salió hacia la NBA. Portland le esperaba… y el ostracismo también. Su míster, Adelman (posterior entrenador de jugadores europeos como Nesterovic o Ricky Rubio), prefería dar opciones a los jugadores nacionales antes que un jugador anárquico y que necesitaba posiblemente una aclimatación al ‘nuevo’ baloncesto que llegaba. Posteriormente sería traspasado a los New Jersey Nets donde sería importante con grandes partidos. En 1992, ya con la Selección croata haría historia al ser plata ante el Dream Team.

Desgraciadamente un año después, en junio de 1993 perdía la vida en la carretera al preferir ir en coche en un trayecto con su pareja y una amiga, en lugar de hacerlo con su selección que lo realizaba en avión. Una decisión que no permitiría disfrutar del «Genio» ningún encuentro más.

Un final similar al del otro diez, el madridista, Fernando Martín en 1989

Drazen Petrovic. Fuente: realmadrid.com
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