Poirier y Voigtmann pueden con un Madrid irregular

Mal partido del Real Madrid en una cancha siempre hostil como es el Buesa Arena, donde salió derrotado por un resultado de 86-76 ante Kirolbet Baskonia. El equipo madridista, como ya le pasara ante Olimpia Milán, comenzó muy mal el choque, lo que le acarreó ir a remolque casi todo el choque. Con continuas idas y venidas gracias al acierto de Carroll y Thompkins, el Madrid intentó pelear la victoria en el día que descansaron hombres como Tavares, Deck o Campazzo. Sin embargo, las enormes lagunas en el rebote y el mal día en el tiro de tres condenaron a los blancos que fueron arrollados por la pareja Poirier (19-16) y Voigtmann (13-12) y por el excelso último cuarto de Vildoza que se fue hasta los 20 puntos.

El Real Madrid comenzó el partido con sorpresa en su quinteto titular, donde aparecían de inicio dos hombres poco habituales, sobre todo en Euroliga, como Santi Yusta y Ognem Kuzmic. El pívot, casi inédito con elástica merengue por una grave lesión de rodilla, partía con la difícil misión de suplir la baja de Tavares, que junto a Campazzo, descansaban en una semana repleta de partidos para los blancos, hasta en 5 días. Kuzmic, con muchas ganas, pero con una clara falta de minutos, protagonizó los primeros minutos del choque, anotando los tres primeros puntos del conjunto merengue. Sin embargo, se vio incapaz de parar a Poirier, que rápidamente lo cargó de personales mandándole al banco con tres faltas. El francés lideró la primera ventaja de Baskonia, que llegó a vencer hasta por 10 puntos con el 19-9. Sin embargo, la salida de la segunda unidad formada por hombres como Carroll, Thompkins o Rudy igualaron el partido poco a poco. El encuentro, que comenzó con un ritmo vertiginoso y descontrolado, se fue asentando a medida que los blancos se hacían con el mando. Los siete puntos de Carroll de salida redujeron la distancia en el marcador y dejaron un tanteador de 22-18 para los locales.

Con el segundo cuarto llegaron los primeros minutos de descanso para Sergio Llull, que comenzó algo acelerado el partido y con muy poco acierto. En su lugar salió Klemen Prepelic, desaparecido en los últimos partidos y con la difícil misión de suplir a Campazzo. Al tran-tran, los blancos conseguían mantenerse en el partido a pesar de los intentos de Baskonia de decantar la balanza de su lado. La pareja formada por Voigtmann y Poirier, y la buena dirección de Marcelinho Huertas, se imponían ante la pasividad defensiva merengue. Laso paraba el choque cuando el cuadro baskonista se volvía a ir siete arriba para realizar ajustes defensivos. Mal partido para los dos equipos desde la línea de tres con pésimos porcentajes. El equipo local se estaba llevando claramente la lucha por el rebote, 13-19, pero sobre todo la del rebote ofensivo, donde Kirolbet se iba hasta los 7. En el Madrid comenzaba a crecer Trey Thompkins, el hombre con mejor mano del equipo hasta el momento. Los de Perasovic mantenían una renta constante cercana a los 5 puntos. Si los rebotes y la falta de acierto en el tiro exterior marcaban el partido, el nivel arbitral no se quedaba atrás, con un nivel muy bajo en los contactos señalados y con técnicas en ambos equipos. Laso se desesperaba con sus jugadores, incapaces de cerrar el rebote y concediendo hasta 10 capturas ofensivas. Baskonia se fue ganando al descanso por 39-36.

El tercer cuarto comenzó de manera pésima para el Real Madrid, con un parcial de 9-2 en contra, con un enorme bloqueo en ataque y con la incapacidad de detener a su rival, especialmente en la lucha por el rebote donde Poirier seguía causando estragos. Las caras de los jugadores del Real Madrid delataban el mal partido del campeón, que se volvía a poner más de 10 puntos abajo. Los de Laso, que habían recuperado el quinteto que comenzó el choque, no eran capaces de rebajar la diferencia y se veían claramente superados. Kuzmic, poco a poco, iba dejando buenos números con 8 puntos y 4 rebotes, aunque se marchaba al banco en lugar de Thompkins, que nada más salir anotaba de tres y respondía al triple de Voigtmann. Una de las noticias más negativas estaba siendo el mal partido de Llull, con mucha carga de minutos y con un pésimo 2 de 12 en tiros de campo. Sin embargo, un parcial de 8-3 culminado por Prepelic devolvía al Madrid al partido. Pablo Laso seguía variando sus piezas, pero el resultado, sobre todo defensivo, no cambiaba, y el Madrid seguía concediendo canastas muy fáciles. Jugadores como Vildoza o Shields siguieron ampliando los buenos minutos realizados por otros compañeros para marcharse arriba al tercer cuarto por 64-53.

Baskonia estaba aprovechando muy las transiciones para sacar rédito de las pérdidas y rebotes largos del Madrid. La pareja formada por Voigtmann (13-10) y Poirier (14-11) estaban siendo una losa demasiado pesada sin jugadores como Tavares o Deck que pudiesen cargar el rebote merengue. El Madrid, solo a base de talento individual, podía contrarrestar el buen juego de Baskonia, que había aparcado las ganas y la intensidad para hacer un juego más coral y con mejor circulación de balón. Las malas noticias no cesaban para el equipo madridista, que tenía que ver como Rudy se retiraba entre ostensibles gestos de dolor por una torcedura de tobillo. Cuando mejor estaba el equipo de Perasovic, llegó la precipitación de nuevo, lo que aprovechó el Madrid para endosar un parcial de 0-9 liderado por Carroll y Ayón. Un triple de Pantzar, en su debut en Euroliga, y otro de Carroll, pusieron al Madrid a tan solo cuatro puntos a cinco minutos para el final. La segunda unidad del equipo madridista, liderada por un buen Pantzar en la dirección, y por hombres como Thompkins en la ejecución, estaba dando opciones de cara al final del choque. Sin embargo, un nuevo rebote de Poirier en ataque abría un parcial de 4-0 que alejaba de nuevo a los blancos. El Madrid estuvo cerca de tener el partido en la mano, pero dos acciones consecutivas de Poirier y un triple de Vildoza en el último minuto hundieron a los blancos que terminaron perdiendo por 86-76.

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